Ecuador: Paro Nacional, Segunda Parte

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Dos años y medio después, otro levantamiento sacude al país

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En octubre del 2019 hubo en Ecuador un extraordinario levantamiento indígena y popular que, después de 12 días y con un saldo de 11 muertos, logró cancelar un paquete de medidas neoliberales impuestas por el FMI, entre las cuales la cancelación de un subsidio sobre los precios del combustible. Hoy estamos de nuevo con 14 días de Paro Nacional, nuevamente liderado por el movimiento indígena, nuevamente en contra de las políticas del FMI y del aumento de los precios del combustible.


¿Qué pasó en los últimos 2 años y medio en el Ecuador para que, después de una pandemia y elecciones parlamentares y presidenciales, se volviera al punto de partida?

Después de la insurrección popular del 2019, Lenin Moreno empezó a subir el precio de los combustibles de manera gradual, es decir que la victoria parcial del 2019 quedó anulada y volvimos al punto de partida. Mientras que, el actual presidente Guillermo Lasso, intensificó este mecanismo llevando el precio de los combustibles a las nubes, provocando de hecho el aumento de los precios de los productos de primera necesidad.

Moreno logró terminar su periodo de Gobierno, así como como sus ministros. Estos junto a los altos mandos de la Policía y del Ejército, quedaron impunes de los crímenes cometidos durante las jornadas de octubre.

En el 2021 hubo elecciones. El candidato del movimiento indígena fue Yaku Pérez, quien logró capitalizar el descontento de octubre, pero no fue suficiente para llegar a la segunda vuelta electoral y jugarse la victoria con el candidato del correísmo Andrés Arauz. Guillermo Lasso, un banquero, responsable del feriado bancario del 1999, llegó a la segunda vuelta y ganó las elecciones.

En la Conaie también hubo elecciones y el ganador fue Leónidas Iza, líder del MIC (Movimiento Indígena del Cotopaxi) y uno de los lideres de la revuelta de octubre.

En 2019, el levantamiento en Ecuador ayudó a desencadenar levantamientos posteriores en Chile y otros lugares. ¿Han influido los movimientos en Colombia, Chile y otros lugares de América Latina en los movimientos en Ecuador desde entonces?

Después de octubre de 2019, en varios países de América Latina, la población se levantó contra sus gobiernos. Sin embargo, los actuales acontecimientos en el país si bien reflejan una crisis general en todo el continente y han sido determinantes en el imaginario colectivo, tienen una connotación clara que responde al contexto coyuntural ecuatoriano. Es como si hubiera quedado algo pendiente del levantamiento de tres años atrás.

Como definirías o evaluarías este primer año de gobierno de Lasso. ¿Como fue posible que un banquero neoliberal se volviera presidente después de un levantamiento tan fuerte y exitoso como lo de 2019, y cómo ha podido perder ese apoyo en tiempos tan cortos, de modo que en tan sólo un año ha tenido que enfrentar otro levantamiento popular?

Pésimo. Lasso ganó gracias al voto anti correista. Distinto hubiera sido el panorama si Yaku Pérez hubiese logrado pasar a la segunda vuelta. Mucha gente votó por Lasso como rechazo al posible regreso del proyecto de la ex revolución ciudadana. Las divisiones dentro del movimiento indígena favorecieron en parte, el ascenso de Lasso al poder.

Lasso apenas iniciado su gobierno perdió a su principal aleado, el Partido Social Cristiano. Inmediatamente empezó a enemistarse la Corte Constitucional. Esto junto al hecho de tener una minoría en la Asamblea han hecho que el banquero tenga que ingeniárselas para poder gobernar.

Su principal estrategia inicial fue la vacunación masiva de la población, hecho que lo mantuvo con un excelente capital político los primeros meses de gobierno. Terminada la fase de vacunación y la pandemia, la realidad del país fue evidente para todos y todas.

El movimiento indígena y varios sectores sociales tuvieron dos mesas de diálogo el año pasado y el gobierno no los escuchó, lo que estamos viviendo ahora es la consecuencia de la falta de respuestas a las demandas de la sociedad ecuatoriana que vive sobre su piel las consecuencias de la pobreza, la falta de empleo, la destrucción de sus territorios y el aumento de la violencia en las calles y en las cárceles por las guerras entre grupos criminales. Hubo cuatro masacres en las cárceles ecuatorianas ( en los últimos dos años 360 detenidos han sido asesinados) y los casos de sicariato, en las principales ciudades del país, son pan de cada día.

Los bancos no han perdonado las deudas a los campesinos, ni a los trabajadores a pesar de la pandemia. No puede haber reactivación económica para los más pobres porque los banqueros los asfixian.

El Paro Nacional actual, visto desde fuera, se parece mucho con el paro de octubre de 2019. ¿Pero, es realmente así? ¿Cuáles son las principales similitudes y diferencias?

El levantamiento del 2019, fue el levantamiento de los y las hijas del primer levantamiento indígena de los años 90. Es una nueva generación llena de rabia y con sed de justicia.

A diferencia del paro anterior, fue la Conaie junto a otras organizaciones campesinas a declarar el paro nacional a partir del lunes 13 de junio. Tres años atrás fueron los estudiantes y los transportistas los que encendieron la mecha.

Esta vez as comunidades indígenas por una semana resistieron en sus territorios antes de llegar a Quito. A la capital le tocó sostener sola por una semana la huelga nacional. A los estudiantes y a los barrios. Los barrios de Quito, sobre todo los del Sur, desde el primer día han resistido en sus territorios. Esto no sucedió tres años atrás o al menos no con la intensidad de ahora.

La represión ha sido fuerte, pero aparte de lo sucedido el día viernes 24 de junio, la policía y los militares han sido más estratégicos en el uso de la fuerza. Esto, por ejemplo, impidió que en Quito haya un estallido la primera semana. Hubo marchas, enfrentamientos con la policía, pero la situación no se desbordó hasta la llegada de la Conaie.

Por divergencias políticas con los dirigentes de la Conaie, el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), principal sindicato de trabajadores, este año se ha quedado fuera de las movilizaciones.

Los transportistas tampoco se han sumado.

Sin embargo, la solidaridad de la gente no ha cambiado, más bien se ha fortalecido respecto al levantamiento pasado, los compañeros y las compañeras están mejor organizados a pesar de las dificultades provocadas por el gobierno.

El domingo 19 de junio, primera semana de paralización, y con el anuncio de la llegada de las distintas comunidades de todo el territorio a Quito, los militares y la Policía Nacional, ordenaron la requisición de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), impidiendo que este sitio, a diferencia de 2019, sea el punto de concentración de los manifestantes, por lo que el lugar de las asambleas y el centro logístico del levantamiento ha sido la Universidad Central. Esto ha provocado que los enfrentamientos no sean solo en la zona del Arbolito, la Asamblea, el Centro histórico, sino también en los alrededores de la Universidad.

¿Puedes dar una breve descripción de los principales acontecimientos ocurridos durante este Paro Nacional? ¿Y cuáles son sus principales demandas? ¿Las demandas del inicio de la movilización son las mismas de ahora o algo ha cambiado? ¿Cuáles estrategias, tácticas y métodos de lucha han sido implementados?

Cronológicamente el paro nacional comenzó el lunes 13 de junio. Las organizaciones indígenas y campesinas empezaron bloqueos viales en sus territorios. En Quito los estudiantes convocaron una marcha desde la Universidad Central hasta el Centro Histórico. Los bloqueos no fueron tan fuertes y la movilización fue reprimida en el centro histórico.

El panorama hacía pensar a una huelga no tan contundente como la que hubo en el 2021.

En la madrugada del martes 14 de junio, el gobierno cometió el error de detener a Leónidas Iza, líder de la Conaie, de manera ilegal; provocando por la mañana una reacción inmediata en todo el país. Este fue el episodio que encendió la mecha e hizo que el paro nacional tomara fuerza. Leónidas Iza estuvo secuestrado por la policía 24 horas y la protesta se desbordó. En la ciudad de Quito, la Unidad de Flagrancia fue atacada y un vehículo del policía incendiado. En Latacunga el movimiento indígena ocupó la sede de la Fiscalía. Al día siguiente Iza salió en libertad, pero debía presentarse cotidianamente a firmar en la ciudad de Latacunga.

Los barrios de Quito a partir del segundo día se activaron sobre todo en el Sur de la ciudad y en la periferia Norte. Fueron reprimidos por varios días, pero continuaron a resistir. Los estudiantes y los movimientos sociales de Quito sostuvieron por 5 días marchas en apoyo al paro nacional. El día jueves 16 de junio, fue el día donde más gente salió a las calles, aproximadamente unas 10000 personas. La misma modalidad, marcha hacia el Centro histórico que luego fue reprimida violentamente por la policía.

La ciudad de Cuenca también se activó, la policía atacó la Universidad donde los manifestantes se habían refugiado. Las autoridades académicas denunciaron el hecho y convocaron a una marcha mucho más grande el día siguiente.

En la capital se empezaron a organizar grupos que identificaban y alejaban de las marchas a los policías infiltrados, decenas de individuos que al final de las marchas detenían compañeros y compañeras luego de haberlos seguido. Esto puso en dificultad el aparato represivo de la policía. Las manifestaciones se cuidaban de la policía y las fotos de estos infiltrados circulaban por las redes sociales. Así mismo antes de expulsar al policía se lo mostraba a la gente para que se grabaran el rostro del intruso.

Es importante entender cuales son las demandas de este paro nacional antes de continuar con la cronología. Son 10 los puntos que se exigen al gobierno.

Bajar el precio de los combustibles, crear una moratoria bancaria para que la población pueda reactivar sus economías sin sentir la presión de los buitres de los bancos. Dejar de explotar y destruir territorios done hay fuentes de agua y donde viven comunidades. Así mismo activar mecanismo como la consulta previa en los territorios donde se quiere hacer minería o extraer petróleo.

Otra de las demandas es declarar en emergencia la sanidad y la educación pública. Ambos sectores han sido atacados por las políticas neo liberales del gobierno y han visto reducido su presupuesto.

Precios justos en los productos del campo para que los campesinos puedan recibir lo que realmente vale su trabajo. Un control más estricto por parte del gobierno de los productos de primera necesidad, vista la especulación galopante.

Un alto a la privatización de los sectores estratégicos como el Seguro social, el Banco del Pacífico, CNT ( Corporación Nacional de Telecomunicaciones), carreteras. El respeto de los 21 derechos colectivos de las organizaciones indígenas y de la educación bilingüe.

Y el último punto garantizar la seguridad de la ciudadanía vista la ola de violencia en las calles y en las cárceles del país.

Todas están demandas son compartidas por la población que está sosteniendo el paro nacional.

Después de cinco días frente a la indiferencia del gobierno, el Movimiento indígena y campesino decidió venir a la ciudad de Quito. El día viernes el gobierno declaró el estado de excepción en las provincias más conflictivas y declaró el toque de queda en la ciudad de Quito desde las 22:00 hasta las 5:00 a.m. El día domingo 19 ordenaron la requisición de la Casa de la Cultura y la ocuparon de manera violenta para impedir que las personas se lograran organizar. Los bloqueos y los enfrentamientos entre vecinos de los barrios del sur de Quito y la policía continuaron todo el fin de semana.

El lunes 20 de junio, las primeras caravanas del movimiento indígena empezaron a llegar por el Norte y Sur de la capital y fueron violentamente reprimidas. Mientras tanto los estudiantes de la Universidad Central y los movimientos sociales de Quito ocuparon la Universidad para que los compañeros y las compañeras que estaban llegando pudieran tener un lugar seguro donde dormir y organizarse. Por la noche empezaron a llegar poco a poco los camiones llenos de manifestantes, por todos lados fueron reprimidos y trataron de impedirles llegar a Quito.

Solo dos Universidades abrieron las puertas al movimiento indígena.

Visto que la Casa de la Cultura estaba en manos de la policía, el centro operativo del paro nacional se trasladó por primera vez a la Universidad Central. Aquí se empezaron a organizar las primeras ollas solidarias, guarderías para niños, brigadas médicas, centros de acopio y las primeras líneas de resistencia.

Desde la mañana del martes 21 de junio, empezaron los enfrentamientos con la policía en todo el centro norte de Quito. Mientras tanto ya se contaban los primeros muertos que con el pasar de los días han llegado a 5. Un manifestante fue lanzado a una quebrada por parte de la policía, otro en la provincia del Puyo, murió con un gas lacrimógeno encastrado en el cráneo, otros en Quito producto de perdigones.

El día jueves 23, la Casa de la Cultura y el parque el Arbolito fueron retomados por una gigantesca marcha, las principales asambleas se trasladaron nuevamente al lugar histórico de la izquierda ecuatoriana. Inmediatamente el conflicto se trasladó alrededor del parque y en los ingresos de la Asamblea Nacional. Las primeras líneas con mucha más experiencia respecto al paro pasado esta vez han estado más organizadas y protegidas.

En el barrio de San Antonio al Norte de Quito el ejército fue atacado por los vecinos cuando intentaba instalarse en la zona para reprimir a los manifestantes. Un compañero perdió la vida por un disparo de los militares.

El viernes 24 de junio Guillermo Lasso en una cadena nacional autorizó a la policía de aumentar su fuerza represiva. Una hora después la policía y el ejército atacaron indiscriminadamente la Casa de la Cultura y el Arbolito provocando una fuga masiva del sector. Muchos niños y ancianos se asfixiaron producto de la violencia policial.

Todos fuimos perseguidos por toda la zona hasta alejarnos del sector. Hubo decenas de detenidos y de heridos. Sin embargo, la policía por la noche se retiró de la zona.

Este fin de semana muchos compañeros y compañeras, han regresado a sus comunidades y otros están llegando. Se han organizado mingas de limpieza y se ha dado prioridad a las asambleas para organizar la tercera semana de paro nacional. El sábado 25 de junio, hubo una gran marcha de mujeres y disidencias.

Hoy domingo 26 en la Universidad Central hay conciertos y actividades deportivas. En la Casa de la Cultura un festival artístico y cultural.

Las demandas siguen siendo las mismas. Sin embargo, se ha puesto como condición mínima para un diálogo bajar inmediatamente el precio de los combustibles.

¿Cuáles son los principales sujetos sociales hoy movilizados en Ecuador? ¿Qué peso y que distribución territorial tienen? ¿Cuáles alianzas sociales y políticas se han creados?

El movimiento indígena y campesino, los estudiantes y los barrios de Quito. El primero es el más organizado históricamente, el segundo se activó nuevamente en esta coyuntura. Los barrios de Quito son la sorpresa de este paro, han demostrado un alto nivel de organización y control del territorio.

Muchos compañeros y compañeras en todo el territorio, están sosteniendo el paro nacional, ahí se han tejido las principales alianzas. Muchos no se organizaban entre ellos por divergencias ideológicas, estas han sido dejadas de lado vista la importancia del momento. Por cuanto aún no lo suficientemente fuerte, el movimiento social, sobre todo de Quito, ha madurado enormemente.

¿Como evalúas el papel de la CONAIE en este Paro Nacional? ¿Está logrando afirmarse como el principal sujeto de la oposición social al orden neoliberal? ¿Está logrando articular alianzas sociales más allá del mundo indígena?

La Conaie sigue siendo el principal sujeto político del país y uno de los más importantes de Latinoamérica. Su capacidad organizativa y su fuerza colectiva siguen sorprendiendo. Sin embargo, se siente el resultado de las fracturas internas, la fuerza que han logrado poner en campo es aún inferior a la del 2019. Los compañeros y las compañeras siguen poniendo el cuerpo por todos y todas.

No es fácil venir a dormir en coliseos, en el piso, en cartones por días. Su determinación es sorprendente.

Más allá de las alianzas que haya podido generar o no, son reconocidos por todos y todas como los principales defensores de los derechos colectivos de la sociedad ecuatoriana. Lo que está faltando es que los movimientos sociales urbanos logren coordinar más con el movimiento indígena y que estos últimos también aprendan del movimiento urbano. No existe aún una asamblea donde los colectivos sociales puedan tener capacidad decisional respecto a lo que está sucediendo. Están en la organización cotidiana, participan en pequeñas asambleas, pero no se ha logrado por ejemplo tener una asamblea que junte a todos los movimientos sociales de Quito y a las primeras líneas que están sosteniendo esta huelga nacional.

¿Como evalúas el papel de su líder Leónidas Iza, quien emergió en octubre de 2019 como figura de izquierda de la organización hasta llegar a la presidencia de la misma? ¿Como evalúas la detención de Iza en el segundo día de Paro? ¿Está él jugando un papel más de agitador o moderador en el marco de la protesta social? ¿Tiene él objetivos político-electorales?

Leónidas Iza es el líder absoluto de la huelga nacional. La Conaie ahora tiene como líder a una persona con ideas políticas claras y con una excelente preparación. Una persona más radical en sus ideas. Esto le ha causado problemas dentro del movimiento, pero al mismo tiempo ha provocado mucha simpatía.

Como mencioné al inicio, la detención de Iza fue el detonante que dio fuerza al paro nacional.

El problema de Iza es que su liderazgo, independientemente de que sea voluntario o no, está opacando a los otros lideres sociales e indígenas. Los medios de comunicación también han ayudado a centralizar todo sobre él. Su rol ha sido el de moderar y también el de agitar según el momento.

El movimiento indígena quiere tener el primer presidente indígena de la historia por lo que de alguna manera u otra todo lo que está sucediendo en algún momento será capitalizado a nivel electoral. No se si lo hará Iza u otro personaje, pero esto es innegable.

¿Qué papel está jugando el correísmo en este Paro Nacional y en esta coyuntura política?

Igual que tres años atrás participan, pero no tienen mínimamente el control de nada de lo que está sucediendo. Ellos apoyan el paro nacional y quieren tumbar a Lasso, por eso fueron los que convocaron el pleno de la Asamblea para discutir sobre la posibilidad de una muerte cruzada por conmoción nacional.

Parece que está tramitando en la Asamblea Nacional un pedido de impeachment (“muerte cruzada”). ¿Cuántas posibilidades hay que esto ocurra? ¿Crees que es realístico pensar en una inminente caída de Lasso, sea por vía parlamentar o por el empuje de la protesta social? ¿Qué podemos esperar después, un nuevo gobierno elegido por el parlamento o nuevas elecciones? ¿Es algo que los movimientos auspician o le tienen miedo a una rearticulación del orden político? ¿Qué perspectivas se abren y qué oportunidades se cierran?

Han pasado 14 días y el gobierno con varias artimañas sigue logrando mantenerse firme. Lo que sucedió el viernes a nivel represivo fue un golpe duro para todos y todas.

El movimiento indígena pidió a su brazo político Pachakutic que votaran a favor de la muerte cruzada como una alternativa y una salida a la actual crisis, esto si es que el gobierno no responde a los 10 puntos. No pueden regresar a casa con los bolsillos vacíos, cinco compañeros ya han perdido la vida.

La caída de Lasso no cambiaría las cosas porque su vicepresidente tomaría el poder con el mismo proyecto político. Lo que si generaría es un nuevo precedente respecto a la capacidad de obtener resultados del movimiento social, así sean parciales.

No existe la fuerza suficiente aún para plegar a Guillermo Lasso por lo que la muerte cruzada ha sido considera como una opción.

Sin embargo, mientras escribo este texto no existen aún los votos suficientes para poder tumbar al presidente con la muerte cruzada. El día de ayer Lasso retiró estratégicamente el estado de excepción para que no exista la justificación de la conmoción nacional.

Conclusiones

Nos volvimos a levantar, esta vez tenemos más experiencia, pero no la suficiente fuerza para poder lograr los objetivos planteados. Estamos resistiendo y defendiéndonos de la violencia de la policía y del estado, un día a la vez.

Mañana lunes 27 de junio empieza una nueva semana de paro, será decisiva. Veremos si más sujetos y fuerzas sociales se suman, si la fuerza en los barrios aumenta, si se encuentran nuevas estrategias colectivas de lucha, si se logra poner en dificultad nuevamente al gobierno. Todo aún es una incógnita, lo que es seguro es que la resistencia continua y que no nos rendimos.

Somos conscientes también que este levantamiento no va a cambiar a la raíz los problemas del país, pero si sabemos que el siguiente levantamiento va a ser mejor porque aquí estamos ya construyendo esa posibilidad. Los procesos organizativos que han nacido y que sostienen el paro (ollas, brigadas médicas, primeras líneas, guarderías para niños) se están organizando y ese tejido es el que quedará después que todo esto termine.

La rabia es mucha y las ganas de vencer también. Seguimos en la lucha, no claudicamos.


Para conocer más sobre la lucha en Ecuador, recomendamos las fuentes de noticias Wambra radio, Indymedia Ecuador, Conaie comunicación, Acapana y revista crisis.


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